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El último fusilado gallego del franquismo fue
Xosé Humberto Baena Alonso, obrero metalúrgico, de 24 años de edad, militante
del PCE (m-l) y del FRAP. Al cumplirse el 38 aniversario del hecho hablamos con
su hermana, María Flora Baena
Foto
familiar del 15 de agosto de 1965.-
El último fusilado gallego
del franquismo fue Xosé Humberto Baena Alonso, obrero metalúrgico, de 24 años
de edad, militante del PCE (m-l) y del FRAP. Al cumplirse el 38 aniversario del
hecho hablamos con su hermana, María Flora Baena.
El 27 de septiembre de
1975, un Consejo de Guerra solicitó cuatro penas de muerte por
atentados contra miembros de la policía franquista. De las cuatro
penas de muerte se dictaron tres, para Manuel Blanco Chivite, Vladimiro
Fernández Tovar y Xosé Humberto Baena, cumpliéndose esta última y conmutadas
las otras por 30 años de prisión. A los pocos días se sucedieron otros Consejos
de Guerra, donde se llegaron a pedir 11 penas de muerte más. El 27 de
septiembre, junto a Xosé Baena, también fueron fusilados -reusaron el garrote
vil- sus compañeros de partido José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz, y los
militantes de ETA político-militar Ángel Otaegui y Juan Paredes Manot (Txiki).
La acusación contra su
hermano fue por la muerte del policía Lucio Rodríguez. ¿Qué les contó Xosé
sobre esto?
Mi hermano siempre dijo que
él no tenía nada que ver con el delito del que se le acusaba, no conocía de
nada a este señor y, además, no supo de lo que lo acusaban hasta 15 días
después de estar detenido.
"Naturalmente
que fue un asesinato de Estado"
En el Consejo de Guerra
Sumarísimo no se presentó ni una sola prueba material -ni de balística, ni de
huellas- ni testigo alguno y, en cambió, se desestimaron 124 pruebas de la
defensa. El juez instructor, el coronel Mariano Martín Benavides, tardó 20
minutos en rechazar las pruebas, en un juicio que duró en total 3 horas, y eso
que se pedían cuatro condenas de muerte. Sin garantías procesales de ninguna
clase... ¿Podemos hablar de un asesinato de Estado?
Naturalmente que fue un
asesinato de Estado.
Se puede decir que la
acusación ya tenía el veredicto señalado por el poder político, y los papeles
repartidos para cada uno de los acusados. Se dio el caso que algunos de los
imputados en el posterior Consejo de Guerra se les llegó a acusar de atentados
que ocurrieron mientras ellos estaban en prisión, pero sigamos...
Su familia, especialmente
sus padres mientras vivieron, llevan un largo proceso por la reparación moral y
por la anulación del Consejo de Guerra que condenó a su hermano y sus
compañeros. ¿Cómo está la situación de esta demanda?
"Mi
padre intentó reabrir el caso, pero cuando vieron de qué trababa no le
admitieron la documentación"
Primero mi padre intentó en
1977 reabrir el caso, pero en cuanto vieron de lo que se trataba no le
admitieron la documentación.
En 2002, llevamos el caso
ante el Tribunal Constitucional, que nos respondió que en 1975 aun no existía
la Constitución, por lo que quedaba fuera de sus atribuciones.
¡Qué bonito!, como no
existía la democracia, no defendemos a los que dieron la vida por ella.
Eso parece. Luego, lo
llevamos al Tribunal de los Derechos Humanos de la Haya y su respuesta fue que
en 1975, España no había firmado el tratado de DD. HH. y, por lo tanto, también
quedaba fuera de sus atribuciones (como si los derechos humanos hubiese que
firmarlos para que sean aplicables).
Sobre el año 2010, recurrimos
a la ONU y su contestación fue que, como el caso había sido revisado por el
Tribunal de DD. HH., quedaba excluida la revisión por su parte.
Ahora, tenemos el sumario
en Argentina con la jueza Servini, junto con otros cientos de afectados por la
dictadura franquista. En este momento hay 9 imputados, 4 de los cuales están en
busca y captura por la Interpol (aunque uno de ellos ya ha fallecido). España
pone numerosos impedimentos, entre ellos, la Ley de Amnistía de 1977. Entre los
imputados está Fernando Suárez, ayudante del Fiscal en el Consejo de Guerra
contra mi hermano. Otro de ellos es el suegro de Ruíz-Gallardón, el ex ministro
franquista José Utrera Molina. Como podrás ver, muy difícil que se haga
justicia en este caso, siendo su yerno el Ministro de Justicia.
Hace unos días, como me
comentaba, la juez argentina María Servini dictó orden de detención contra
cuatro torturadores del franquismo. ¿Cómo recibió la noticia?
Con mucha alegría y
esperanza.
Son ya 38 años desde
aquella noche tan larga, desde aquella pólvora de la mañana... parafraseando al
cantante Eduardo Aute. ¿Tiene esperanzas de que alguna vez se haga justicia con
las víctimas del franquismo?
La esperanza es lo último
que se pierde, pero siendo realista veo difícil que la justicia llegue a
tiempo.
Que le dice a los que
abogan por no abrir viejas heridas, y que la Ley de Amnistía lo zanjó todo.
Les diría, en primer
lugar, que esas personas que piensan así seguro que no tienen ningún familiar
desaparecido en una fosa o en una cuneta o que fuese, como mi hermano,
injustamente asesinado.
En segundo lugar, las
heridas, para que curen, hay que limpiarlas y curarlas desde dentro. No se
pueden cerrar en falso, pues ese dolor queda ahí y a la mínima se reabren.
¿Cuál es el último recuerdo
o imagen que tiene de su hermano?
Recuerdos tengo miles de
ellos, pero el último es verlo tras las rejas, esposado, con la mirada triste,
tratando de guardar la compostura delante de mi padre y de mi y, al mismo
tiempo, dándonos ánimos.
Podría decir muchas cosas,
pero lo más importante es esperar y confiar en que, por fin, le devuelvan su
honor y reconozcan públicamente que lo que hicieron con él fue un asesinato.
También recordar y
agradecer a todos sus amigos que en el día del aniversario durante estos 38
años, sin fallar un solo día, lo recuerdan haciéndole un homenaje en el
cementerio de Pereiró delante de su tumba.
A usted también le agradezco que se acuerde de él.
En la última carta de Xosé
Baena a sus padres escribió:
"Papá, mamá: Me ejecutaran mañana. Quiero daros ánimos.
Pensad que yo muero, pero que la vida sigue. Recuerdo que en tu última visita,
papá, me habías dicho que fuese valiente, como un buen gallego. Lo he sido, te
lo aseguro. Cuando me fusilen mañana pediré que no me tapen los ojos, para ver
la muerte de frente."
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